Montag, 28. Juni 2010

Adiós Colombia… bienvenido Alemania

 
Es ist soweit, llegó el tiempo de despedirse
 
Este texto será escrito en español para todos los que me ayudaron acá en Colombia, tendrá algunos errores gramaticales pero lo que importa es el mensaje...
 
Quiero decir gracias a mucha gente, espero que no vaya a olvidarme de nadie, si alguien no se encuentra en eso, por favor no se siente ofendido, tengo un caos enorme en mi cabeza. También quiero a ellos que no mencionará, ya lo saben.
Empiezo donde empezó mi viaje, en el aeropuerto El Dorado que antes de venir pensé que era mucho más grande sólo por el nombre, pero bueno. En ese aeropuerto me esperó una mujer muy amable, me recibió sin saber quien soy, me ayudó un resto en mis primeros días, semanas, meses. En los primeros días tampoco me sentía tan perdida como creía, aprendía muchas cosas, probaba mucha comida colombiana (mis primeros tamales, tenía que tomarme agua panela con QUESO: guacala), y aprendía la frase más importante: “La pola aguanta”. Es ella, Luz Stella, quien me presentó a mis compañeras de piso, que fue realmente lejos del centro, allá en la 183 con autopista. Y ambas Carolinas me facilitaron mi estadía, cocinábamos juntas, nos reíamos, nos contábamos historias sobre “nuestros” hombres. O sea fue un placer vivir con dos chicas muy “chicas”, no sabía que también puedo ser así, antes me veía mucho más masculina en el sentido de hablar, de comportarme, de mucho. Me invitaron a conocer su iglesia que me impresionó aún no hace parte de mi vida. Además muchas gracias a Diego y Flor – el hermano y la madre de Luz – por preocuparse mucho por mi y dejarme saber que siempre tenía algo donde ir.
La orientación en la universidad era fácil gracias al grupo de “Interandes”, un grupo de estudiantes colombianos que nos ayudó a los extranjeros... Había mucha gente dentro de este grupo con quienes espero mantener en contacto. La primera vez en Bogotá por la chiva, una noche bastante genial pero terminé en el hospital. A mi no me pasó nada, solamente acompañé a Mauricio quien se pegó la cabeza. Una alemana borracha (la primera vez guaro) y un colombiano herido, pero lo logramos. Con este grupo también me fue de viaje por primera vez – a Villa de Leyva. Allá conocí a unos amigos muy buenos. Maddalen, la primera española que conozco, una mujer increible con una fuerza enorme y un corazón gigante, de verdad la amo con todo lo que soy. Fueron muy pocos los momentos que compartimos pero ese tiempo disfruté como ningún otro. Madda, nos vamos a ver pronto! Su compañero de piso, un italiano, Gabriele que también es una persona extraordinaria. Tan querido, tan lindo, tan italiano, con todos sus gestos, su manera de ser, su ideología o más bien la mirada al mundo, siempre tratando de ver lo bueno que también es una cosa que me enriquezó a mi. Hay que hacerlo con un punto de vista crítico mas es una manera de vivir que me conviene bastante. Viajar por el mundo sin olvidarse de donde viene uno. Damien, un francés, muy tierno, también muy querido, con ideas muy buenas, buscando los lugares de la tierra menos ocupados, un greñudo que voy a ver otra vez, todavía no sé si sea en Francia, Alemania, Colombia o en cualquier otro lugar. Simon que vino con todos nosotros en este segundo semestre de 2009 me cayó rebien, un loco más en Bogotá...
Y la mujer más importante acá en Bogotá para mi: la francesa guapa. Fue y todavía es una de las amistades más bonitas que tengo. Siempre puedo contar con ella, también tiene ese caos en su cabeza que nos une, dos almas parecidas en una ciudad lejos de Europa. Le envidio por poder regresar tan pronto a este país maravilloso pero igual sé que nos vamos a ver en un rato. Nina, te quiero, te quiero con todo mi corazón, ya me haces falta. En un lado del mundo nos encontramos otra vez y otra vez.
Ahora es la hora de la pinche mexicana, un mes viviendo con ella en el centro fue lo máximo. Tal vez sea arquitecta y por eso ordenada con sus estudios pero las ideas y pensamientos tuvimos que arreglar y ordenar muchas veces juntas. Tomándonos un tinto, chupando una cosa rara mexicana. El segundo viaje, y ese a Buenaventura, sin ningún plan, casi nos morimos de miedo cuando llegamos a este lugar. Podíamos experimentar una maravilla juntas: Vimos ballenas yubartas, uno de los momentos que nunca olvidaré en toda mi vida... Me haces falta, Angie, vamos juntas al gimnasio un día... y muchas gracias por presentarme a Eduardo, mi hermano gemelo de la alma, tan lejos de este mundo a veces, tan pilo, tan hermoso. Su cabeza está demasiado llena de muchas cosas, nuestros tardes todos los jueves en nuestro bar favorito, nuestros conversaciones en alemán y muchas más en español sobre cualquier cosa. Creo que nunca he encontrado un hombre que le gusta tanto hablar y hablar y hablar, pero hablando sobre lo que sabe. Me visitó cuando estuve enferma, me cuidó un resto, me aguantó en cualquier estado de ánimo, solamente una vez tuvo miedo de mi... Mi casa es tu casa, Eduardo, un día vamos a hacer nuestro tour por Alemania en bicicleta tándem.
Hay un montón de personas más... A ver... A sí, hay dos antropólogos de la Nacho. Que puedo decir de ellos, digamos no nos hemos visto muchas veces pero los momentos que pasamos juntos siempre eran divertidos. Pode falar um porquinho de português com o Emerson... Y fuimos a bailar en un concierto como nos gustó bailar, nos toca hacerlo otra vez. Pode ser no Brasil no próximo ano... David, un hombre vivaracho que me encanta, unos de los colombianos más altos que conocía. Y pues, todos nos conocimos en una fiesta de “pre-Halloween” en la cual casi nadie me reconocía por mi disfraz como muñeca muerta. Solamente nos hemos visto en el principio y al fin de mi estadía mas los momentos que pasamos juntos me encantaron, hombres pilos.
¿Quién sigue? Stephanie, una colombiana que pasó un año en mi patria pero no quería hablar ninguna palabra alemana conmigo en su patria, ya se había olvidado de todo;) (menos la comida alemana rica). Aguantaron muchos los sábados de cine, de buena comida, del mejor salpicón que tomé en mi vida, de sentirme parte de la familia. Muchas gracias a Esmeralda, Geiner y Sebastián y todos los otros de esta familia que me abrió las puertas sin prejuicios, sin esperanzas. Me facilitaron pasar Navidad sin mi familia, fue una fiesta de p... Bailé mucho, comí mucho y tuve un muy bien tiempo en su casa. La natilla con coco hay que aprender a hacer.
Ahora viene una cantidad de gente que conocí más por azar que por cualquier otra cosa. Cuando escuché que tocara Ska-P,me compré una boleta sin saber con quien ir, por eso me fui sola (estuve en punto de vender mi boleta), hice fila por horas y horas. Entré y tuve que hacer fila otra vez y enfrente de mi estuvieron tres colombianos y les empecé a hablar como ya aburrida que estuve. Salió que eran Julian, Laura y Kike. Pasamos el concierto juntos, les conté algo sobre la banda alemana que tocó antes de Ska-P (“Die Toten Hosen”), yo estuve la única gritando las canciones en este parte del concierto, el resto del público me miró si fuera de otra planeta escupiendo palabras incomprensibles. Y gracias a Kike, quien es un hombre muy pilo, a quien no le gusta levantarse ;) conocí a la gente más querida del mundo. Todos ustedes son la razón porque me quedé más tiempo (aparte de mi amor por el país como tal) y por la cual volveré, volveré lo más pronto que posible. Es difícil de escribir algo de cada uno porque se repetiría muchísimo. Igual lo haré: Carlos quien sabe tocar el piano como nadie más, una persona muy, muy bacana y se lo pusieron un poco loco mis galletas de la felicidad; Jessica, una chica  muy pila que intenta ordenar un poco el desorden del grupo y que sabe mover su cintura bailando así que yo ya no quería bailar más. Las gemelas, Lida y Carolia, dos personas impresionantes que me regalaron una blusa bonita para el verano como a mi piel no le gusta mucho el sol. Nos quemamos juntas en Lagosol, bebimos harto (las únicas mujeres que conocí allá quienes aguantan beber de la misma manera como yo o tal vez más), nos divertimos, nos reímos. Y seguiremos haciéndolo en el futuro. Jonathan, el colombiano más alto del mundo, siempre que escuche el “Waka-Waka” de Shakira veo a él en mi mente, moviendo sus brazos hacia la izquierda, derecha, abajo, arriba. Me gusta mucho su honradez, su sencillez, la facilidad de hablar con él, de reírse de cualquier cosa y al mismo tiempo crítica, piensa, se da cuenta de lo que está pasando. Alguien que también se rió mucho (de mi ataque de risa) es Wilson, hasta que Carlos dijera “ya” y ya se acabó la risa, por lo menos la mía. Lo emborrachemos en una fiesta de sorpresa. Mauro que tiene el mejor carro de toda Colombia con el mejor sistema de música, además de lo material es un hombre con un gran corazón, siempre que lo he visto fuera amable, quería ayudar, es responsable, se recuerde de no tomar cuando maneje;) Ariel, que a veces es demasiado chistoso sin darse cuenta. Lucho, el primer colombiano a quien pegué (durísimo) porque era su sueño (no el mío). Michel quien marqué por toda su vida, ahora lleva una herida de una alemana loca que todavía se siente muy culpable, y lo siente mucho, deberías rasgarme también, aparte de eso lo pasamos bien, no te parece? Ya no necesita hacerse un tatuaje, lo que tiene es algo mucho más especial.
Con Jonathan intenté mejorar mi oreja para la música, es que si me encanta la música mas nunca puedo decir que canción está sonando, ni de cual artista es. En fin nunca éramos capaces de intercambiar toda nuestra música pero un montón más que mucha gente quiere trasmitir por la música. Fueron encuentros raros y bonitos al mismo tiempo.
Todavía falta... A pensar. Las dos alemanas que conocí en la universidad. Nos fuimos de viaje varias veces, sea el Amazonas para nadar con las piranhas o pasar una noche en la selva escuchando a un animal gigante que resultó que era nuestra acompañante australiana Steph – roncando. Con Prisca me fui al Carnaval de Barranquilla donde nos echamos harina y espuma por todo lado, bailamos con desconocidos, nos embriagamos con Whiskey y sobre todo tuvimos un muy bien tiempo gracias a Andrea y Tonny. Ellos nos recibieron como amigos sin saber en que se metieron, al principio era un poco difícil de entender a Tonny pero no fue mucho y nos podíamos comunicar sin ningunos problemas. Andrea os cocinó todos los días, se fue con nosotros a mostrarnos la locura del carnaval.
Con Franziska (que no parece alemana, ya lo sabemos) me fui a la Guajira, el lugar que me impresionó más de Colombia, me encantaría quedarme un poco más tiempo allá en la nada. Con Franzi tuve muchas conversaciones, se volvió muy buena amiga y espero que en unos días nos podamos ver para seguir hablando sobre todo y todos. Los sábados de ir a almorzar juntas me quedan conscientes, la última caminata hacia la casa de Nina. Nos acompañó a nuestro viaje Tobias, un amigo que conozco hace más de diez anos, pero últimamente siempre nos hemos pasado. Él estuvo en otro lugar que yo, después de tres anos logramos vernos en Colombia, hablamos mucho, perdimos el tiempo juntos, nos fuimos al teatro, o sea recuperamos muuuuuuuuuuuucho tiempo en conversaciones que normalmente tengo con mis amigas, durante las noches sin sueno.
Mi compañero de piso me aguantó un resto, a mi y mis peculiaridades, no solamente de mi manera de ser, sino también me encanta escuchar música de alto volumen, estar con amigos, compartir con ellos lo que tengo. Nunca peleamos, estuvo una vida bien tranquila, sin problemas. Gracias al caleño Bastian...
Ya casi... Ronald, nuestra amistad empezó hace poco pero tengo tu flor en mi cabeza. Me encantó nuestra caminata bajo la lluvia, un día lo hacemos otra vez pero esta vez tengas tu cámara... Me sigues contando como te va en las situaciones difíciles.
Ahora hay que decir gracias a la persona más importante durante mi estadía. Ya es difícil que es por lo menos medio año sin ver a Kike. Vas a morirte del frío acá en Alemania. Empezamos a conocernos durante el tiempo y todavía nos falta mucho para conocer, para aprender, para vivir. Tantas cosas pendientes. Ya compartimos muchos momentos muy especiales y van a ser más cuando nos volvamos a ver. Muchas gracias por dejarme entrar a tu casa, para poder dejar mis huellas en la casa, en ti. Muchas gracias a tu familia, a Yolanda, a Jorge, a Julian y obviamente a Utría, la primera perra que toqué en toda mi vida.

Eso es que quería decir, quería decirles mucho más que no puedo expresar con palabras, ya casi estoy muda como no me siento cómoda hablando alemán, tampoco tengo a nadie acá con quien podría hablar español, ni conozco a nadie que tuvo la oportunidad de vivir lo que vivía yo. Cambié, disfruté, aprendí y espero que no me olviden. Volveré. Y necesito a todos ustedes.
Muchas gracias por aguantarme.

2 Kommentare:

  1. Hallo Constanze, ich heisse Linda und bin mit einem Kolumbianer, der allerdings aus Cartagena stammt verheiratet. Aufmerksam habe ich deine Berichte gelesen und würde gern noch mehr über Bogota erfahren. Wäre es möglich das wir uns mal kurz schliessen? Gruss Linda

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  2. Liebe Linda,

    ich habe gerade erst deinen Eintrag gelesen, tut mir Leid, dass ich den noch nicht vorher gesehen habe. Du kannst mich über Mail erreichen: Constanze.Graesche@web.de
    Dann erzähl ich dir gerne ein wenig mehr über Bogotá.
    Grüße,

    Constanze

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